sábado, 7 de marzo de 2009

UN DÍA DE LA VIDA DE IVÁN DENISOVICH

En febrero de 1961, unos agentes de la policía política soviética irrumpían en el apartamento moscovita del escritor Vasili Grossman con la orden clara de incautar todas las copias, documentos y materiales relativos a su magna obra "Vida y Destino", al ser considerada ésta por las autoridades soviéticas como un peligro potencial para la estabilidad del Partido Comunista. Su denuncia de las atrocidades cometidas por Stalin y la fuerte carga de responsabilidad vertida hacia el Partido Comunista, desbordaban inconteniblemente los limitados presupuestos de la política de deshielo promovida por Jrushchov.Un año más tarde, en 1962, un novel escritor ruso, Alexandr Soljenitsin, publicaba, con el beneplácito del propio Jrushchov, su primera novela, "Un día de la vida de Iván Denísovich", en la que, basándose en su propia experiencia, trataba un tema tan espinoso y sangrante en esos años como los campos penitenciarios en la época de Stalin. ¿Cómo se explica la aceptación de la novela por el líder comunista ,si atendemos a la posterior censura a la que se vieron sometidas el resto de obras de Soljenitsin?



Como bien indica su título, la novela narra un día en la vida de Iván Denisovich Shújov, un preso político que cumple diez años de condena en un campo de trabajo siberiano. Soljenitsin quiso con esta novela dar a conocer las condiciones de vida de los presos en estos campos, y para ello utiliza un estilo seco y conciso que busca la complicidad y la implicación del lector. A lo largo de estas páginas, Alexandr Soljenitsin revive el día a día que vivió durante ocho años, y como Dante, nos invita a que le acompañemos, aunque sea solamente por un día, en su particular infierno. Para facilitar nuestra visita nos pone de la mano de un guía experimentado, Iván Denísovich, un recluso que ha decidido con convicción sobrevivir a las duras condiciones que le han sido impuestas. Esta apuesta por la vida del preso condiciona la propia narración y tiene mucho que ver con el hecho de que fuese aceptada por la censura soviética. Iván Denísovich no cuestiona a los que le han metido allí- lo hacen de forma bastante velada otros personajes -,no se enfrenta con los que le oprimen, no realiza ningún acto que ponga en peligro su objetivo: la conservación de la propia vida. Shújov comprende que el único modo de sobreponerse al destino que le ha sido impuesto reside en la conservación de la vida y sabe que el único camino para ello está en la adaptación a esta dura realidad.