lunes, 19 de marzo de 2012

La crisis no puede con las armas.

El diario Público, en su edición digital de hoy, publicaba un pequeño resumen del informe difundido por el Instituto Internacional de Estudios para la Paz, (SIPRI) con sede en Estocomo, relativo al comercio de armas mundial en el último quinquenio. Según dicho informe, el comercio internacional de armas convencionales ha crecido en estos últimos años un 24% con respecto al lustro anterior. De nuevo el mayor exportador de armas vuelve a ser EEUU, que incrementó su volumen de negocio en nada menos que un 24%, seguido de Rusia, Alemania, Francia y Gran Bretaña. Entre estos cinco países se han repartido el 70% del pastel armamentístico mundial. De todos ellos, es el caso alemán el que más me ha llamado la atención, no sólo porque su volumen de negocios haya aumentado un 37% en estos últimos cinco años, sino porque, agarraos bien, su principal comprador ha sido ¡Grecia! Ver para creer. Grecia no tiene ni para pagar las pensiones pero sí para comprar armamento alemán. ¿Qué se puede pensar sobre esto? Al periodista de la agencia Efe supongo que le ha tenido que llamar también la atención, aunque su único comentario al respecto ha sido el de ponerlo en negrita (aunque el subrayado quizá haya sido colocado por alguien de Público). Para mí este dato permite vislumbrar algo del entramado subterráneo de intereses que está ahogando a los griegos con la complicidad de la Unión Europea, entramado subterráneo del que no se habla nunca, o casi nunca, en los grandes titulares de los períodicos de tirada nacional.

viernes, 16 de marzo de 2012

DETOUR


Creo que voy a emular a Edgar G. Ulmer, director de Detour, y así, sin más, voy a ir directamente al grano: si no habéis visto esta película, no os la podéis perder. Cine negro en estado puro, no le sobra nada y lo que es más importante, teniendo en cuenta su corta duración - unos 65 minutos, no le falta de nada para ser toda una obra maestra del género negro.
Viendo a Ann Savage (Vera) interpretar a semejante femme fatale uno no puede dejar de asombrarse por lo apropiado del apellido. No está en pantalla más de media hora y parece como si esto condicionara su actuación. Desde que aparece se muestra tal como es, sin preámbulos ni enmascaramientos. Siente que el azar le ha colocado una víctima propiciatoria en bandeja y no está dispuesta a perder la ocasión. Mala sin fisuras, se muestra determinada e implacable, déspota, salvaje, feroz. Ni siquiera el amor puede hacer mella en su arácnido corazón.
Tom Neal interpreta a la víctima, en este caso víctima por partida doble, ya que es zarandeado y maltratado tanto por Vera como por su propio destino. Su personaje no carece de carácter, pues si no lo tuviera sucumbiría a las primeras de cambio ante la arrolladora Vera y nos quedaríamos rápidamente sin película, pero no es lo suficientemente fuerte como para poder escapar de la red chantajista en la que ha caído.
Como último personaje, quiero hablar del Azar, interpretado por un azar en gran estado de forma, que va y viene durante toda la película, moviéndose a su antojo, disfrutando de su ascendente y cambiando a su antojo los papeles de víctima y verdugo. Una gran película,