lunes, 7 de junio de 2010

Antro de fósiles #1

Margarita se preocupa por el lenguaje. Su mirada es dura, como lo es su boca, como lo ha sido su vida. Odia la vejez. Hace décadas que regaló el último espejo que colgaba de las paredes de su casa. El único espejo que todavía soporta es aquel en el que se la ve con sus altos tacones y su moño dorado, elevándose hasta la majestuosa altura de ciento ochenta centímetros. Si piensa en la vejez, reconoce que llora. Evita en lo posible tocarse la piel.

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